EL CAMINO
La historia de nuestra comunidad Tiguaia es un trabajo de siembra regional, nacional y suramericano de más de 15 años de exploración y descripción como mandato obediencial de la madre tierra y su voz, su canto, sus muchos ecos.
Esta siembra recientemente se formaliza como corporación frente a la ley del hombre. Es una siembra de semilla, raíz, mito y rito desde el mundo ancestral aborigen en el desarrollo transformador fecundo y abundante de sentidos espirituales, identitarios y prosperos de vida.
Su postura de saber y transformar propio se ha desarrollado a través del método de caminar ancestral sobre el sistema viviente del planeta tierra, de la hitcha guaia (madre tierra en Mhuysqa) y su hijo humano. Su propuesta es una dimensionalidad del desarrollo humano como método de caminar evolutivo para el hombre en el mundo, pero sobre todo caminar en el orden amoroso de los ancestros, del padre y la madre, el cosmos y la tierra, el sol y la luna.
Sus tres grandes sentidos; psicología, educación e identidad comunal, son un sembrado transmoderno de la integración de la mano izquierda ancestral y la mano derecha occidental para la construcción del pensamiento bonito y su tejido de fundamento de cuidado individual y colectivo desde la manera ancestral indígena.
Se reconoce en su recorrido de impacto investigativo y psicoancestral comunitario por las cinco regiones nacionales y los variados territorios de nuestra américa que urge la necesidad de lo propio, filosofía, ciencia, educación y psicología en fuerza ancestral natural que se siembra fecunda para la curación, transformación psicosocial y evolución del alma hacía el gran espíritu.
Una cosmogonía de la ley de origen que vista en clave de propósito psicoancestral transformador devela pensar bonito, corazonar dulce, amar, trascender, tal cual lo humano, solo que, en la inconmensurabilidad de la manera propia americana, una expresión de sabiduría indígena que comprende que no hay mundo de la vida, que no hay vida, ni intima, ni colectiva y menos curación, sin nuestra madre tierra.